lunes, 13 de julio de 2009

Sucesos extraños en mi casa (Sería chévere que fueras tú)


Coincidencias. Cosas raras. ¿Cuál sería tu conclusión? Les cuento:


Si han leído mi antepenúltimo post recordarán que mi amigo, quien era como mi hermano, por el cual existe este blog, desencarnó ya hace casi 3 meses. Bueno, el vivió en mi casa casi 4 meses.


En la sala de mi casa hay una pequeña lámpara, la cual él era el encargado de apagar a la hora de dormir. Esta lámpara se comenzó a prender desde la semana siguiente de su desencarnamiento y se siguió encendiendo varias veces más, siempre de noche. Extraño, ¿no?


Hace casi un mes, yo sentí que, a pesar de lo mucho que lo extraño, ya era tiempo de dejarlo ir. Es decir, dejar de hablar de él, de pensar en él. Creí que tanto él como yo teníamos que seguir avanzando. Yo aquí, él donde sea que ande y no quería retenerlo más (creyendo, claro, que yo tenía el poder para retener o liberar a una corriente de vida, en estos momentos, más fuerte que yo. Tonto yo) En fin.


El caso es que desde que puse en mi msn: "ya es hora de dejarte ir", la lámpara no se prendió más... hasta este domingo último. Lo que pasó es que soñé con mi querido amigo y sentí la necesidad de buscarlo. Cada vez que se prendía la luz para mí era como que el seguía en casa y bueno, con lo que había escrito en el msn pues era como haberlo botado.


Entré al msn y puse: "Harolín, te extraño. La luz ya no se prende". Esa noche se volvió a prender la lamparita y lo sigue haciendo hasta ahora.


¿Qué les parece?

viernes, 10 de julio de 2009

Basta de racismo en la publicidad





Este artículo llega muy tarde pues el día domingo ya habrá terminado la campaña que voy a denunciar. Seré directo. La universidad San Martín de Lima, Perú, está publicitando su examen de admisión el cual será el 12 de julio de este año.

El nuevo lema de esta universidad es: “Ama lo que haces”, y la manera en que la publicidad de la universidad nos demuestra cómo se ama lo que uno hace es la siguiente:

Hay un joven doctor atendiendo un paciente. El joven doctor es blanco, bien parecido, se nota que es de una posición social, digamos, acomodada. Se le ve feliz.

El paciente es un niño. Un niño oscuro, con rasgos entre afro y andino, obviamente pobre. Lo observan de lejos dos niños más. Tal vez son sus hermanos, tal vez sus vecinos. Pobres, tristes.

Es decir, la forma en que esta universidad muestra el “amar lo que hacen” es poniendo a un doctor que, según como es y según de donde debe provenir, tendría que amar demasiado lo que hace porque de lo contrario, y seguramente bajo ningún punto de vista, estaría atendiendo a estos niños.

¡Qué buen ejemplo!, digo yo. El racismo y clasismo de este comercial me parece evidente y terrible. En este país los estudiantes de medicina están obligados a brindar servicio comunitario y gratuito. Eso es por ley. Si ese joven y blanco doctor estuviera trabajando y amando lo que hace, seguramente estaría trabajando en una clínica.

Al menos que el mensaje real sea: como amamos lo que hacemos, no maldigo al que me obligó a venir a este lugar, con esta gente. Lo disfruto.

Basta ya de estos comerciales racistas. Si la intención no fue esa pues entonces los publicistas y los que los contratan deben tener más cuidado con estos comerciales. Basta de estos mensajes de superioridad. ¡Basta! Y es más preocupante viniendo de una casa de estudios.

Les pido que se unan a un grupo que crearé en Facebook: “Basta del racismo en la publicidad”. No permitamos que esto se repita y siga en otras campañas.

NOTA: Esta publicidad se puede apreciar en diversos puntos de Lima. En la web a esta publicidad se le agrega: Estamos con los más necesitados, como buscando más lógica en el spot; sin embargo, esto no está en la publicidad oficial que se ve en las calles de la ciudad.