viernes, 2 de noviembre de 2007

Me olvidé, me olvidé, te lo juro que me olvidé...

Y realmente me había olvidado. Había olvidado que este blog tiene como principal y única tarea contar historias de superación, olvidé que mi tarea como dueño de este espacio es el de compartir con todos los que gentimente entran a leer lo que pongo, cosas agradables o cosas útiles que en algún momento nos podrían servir a muchos. Lo había olvidado. Gracias a Dios, desde hace un par de días lo recordé todo.



No puedo decir que ya no se me volverá a olvidar, pero le haré la lucha más fuerte. Un muy buen amigo me mandó un correo en donde había una reflexión escrita por Facundo Cabral, la cual leerán a continuación. Pero antes quería decir, que a pesar de que tengo algunos "amigos químicos" que me están dando cierta estabilidad, lo principal es que me ha vuelto la fe. No podía seguir llorando cada noche, no puedo dejarme vencer por dolores pasados o presentes, o por miedo al futuro. No sé que pasará con mi vida, ya sé lo que pasó. No sé que vendrá, pero sé que se fue. Sé ahora que perdono al pasado y lo dejo ir, sin tristezas ni alegrías, sólo se va, y el futuro que venga, lo enfrentaré lo mejor que pueda y con fe.



No puedo prometer que lograré recorrer mi camino sin desvios, pero sí prometo volver y no olvidarme de hacerlo las veces que sea necesario, otra vez quiero vivir.



Ah, también aprendí que llorar al final no es tan malo, siempre y cuando no sea por lástima. Lloro porque extraño, porque algo me duele, porque no entiendo las cosas, por necesidad, pero ya no por lástima. Aquí va la reflexión, larga pero vale la pena:



"No estás deprimido, estás distrído. Distraído de la vida que te puebla, de la vida que te rodea: delfines, bosques, mares, montañas, ríos.

No caigas en lo que cayó tu hermano que sufre por UN ser humano cuando en el mundo hay 5 mil seiscientos millones. Además, no es tan malo vivir sólo... gracias a la soledad me conozco y eso es fundamental para vivir.

No caigas en lo que cayó tu padre que se siente viejo con 70 años, olvidando que Moisés dirigió el éxodo con 80 y que Rubinstein interpretaba como nadie a Chopin a los 90.

No estás deprimido, estás distraído. Por eso crees que perdiste algo, lo que es imposible, porque todo te fue dado. No hiciste ni un sólo pelo de tu cabeza, por lo tanto no puedes ser dueño de nada,
además, la vida no te quita cosas: te libera de cosas... te alivia para que vueles más alto, para que alcances la plenitud. De la cuna a la tumba es una escuela; por eso, lo que llamas problemas, son lecciones.


No perdiste a nadie: El que murió, simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además, lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón. No hay muerte... hay mudanza, y del otro lado te espera gente maravillosa: Gandhi, Miguel Ángel, Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuelo y mi madre, que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas y nos aleja, porque nos hace desconfiados.


Haz sólo lo que amas y serás feliz. El que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser, será y, llegará naturalmente. No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor. Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible y sin esfuerzo, porque te mueve la fuerza natural de la vida, la que me levantó cuando se cayó el avión con mi mujer y mi hija; la que me mantuvo vivo cuando los médicos me diagnosticaban tres o cuatro meses de vida.


Dios te puso un ser humano a cargo y eres tú mismo. A ti debes hacerte libre y feliz. Después podrás compartir la vida verdadera con los demás. Recuerda : "Amarás al prójimo como a ti mismo". Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que estás viendo es obra de Dios y decide ahora mismo ser feliz, porque la felicidad es una adquisición, la felicidad no es un derecho, sino un deber; porque si no eres feliz, estás amargando a todo el barrio. Un solo hombre que no tuvo ni talento ni valor para vivir, mandó a matar a seis millones de hermanos judíos.


Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate de la Perusa, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el vino chileno, los mares y los ríos, el fútbol de los brasileños, Las Mil y Una Noches, la Divina Comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, los boleros de Manzanero y las poesías de Whitman; la música de Mahler, Mozart, Chopin, Beethoven; las pinturas de Caravaggio, Rembrandt, Velázquez, Picasso y Tamayo, entre tantas maravillas.


Y si tienes cáncer o sida, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas: si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto (tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas)... y si le ganas, serás más humilde, más agradecido... por lo tanto, fácilmente feliz, libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad y la vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente, como debe ser.


No estás deprimido, estás desocupado. Ayuda al niño que te necesita, ese niño que será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas, además, el servicio es una felicidad segura, como gozar de la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medida. Ama hasta convertirte en lo amado; más aún, hasta convertirte en el mismísimo Amor.


Y que no te confundan con algunos homicidas o suicidas... El bien es mayoría, pero no se nota porque es silencioso. Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que alimentan a la vida. Vale la pena, ¿verdad?.


Si Dios tuviera un refrigerador, tendría tu foto pegada en él. Si Él tuviera una cartera, tu foto estaría dentro de ella. El te manda flores cada primavera. Él te manda un amanecer cada mañana. Cada vez que tú quieres hablar, Él te escucha, El puede vivir en cualquier parte del universo, pero Él escogió tu corazón. Enfréntalo, amigo, ¡Él está loco por ti!"