viernes, 27 de noviembre de 2009

¿Y yo?

Hoy tuve un sueño que era más o menos así:
Estaba en una celebración, con mucha gente, en un local parecido a una discoteca. Habían familiares y amigos. Una chica, a quien nunca he visto en mi vida pero que en el sueño era mi amiga, me dice que la acompañe a su casa. Acepto y le pido a un muy buen amigo que me acompañe.
Salimos los 3 conversando animosamente de no sé que cosa, hasta que llegamos a un cruce y el semáforo para nosotros estaba en rojo. Aparece por detrás un hombre con su perro, un galgo afgano grande. El perro se escapa y mi amigo intenta atraparlo. El perro huye hacia la pista, con todos los carros cruzando a gran velocidad. Yo veo al perro y me lanzo encima de él y logro atraparlo.
El dueño del perro llega corriendo y nos agradece el haber salvado a su mascota de una muerte segura. Me da las gracias y a mi amigo le da un billete de 50 nuevos soles. Yo me quedé atónito. El que lo había salvado era yo y no mi amigo y a mí no me dió nada. Pregunté en miinterior:¿Y yo? Terminó el sueño.
Hace un par de días mi madre me contaba lo mal que se había sentido porque en el lugar donde estaba laborando no la habían considerado como ella sentía que debían y que, de esa forma, todo su esfuerzo había sido en vano. Ella seguramente se preguntó a sí misma: ¿Y yo?
¿Qué hacemos en esa situación? En la vida nos enfrentaremos a esto muchas veces, seguramente. El no sentirnos valorados como pensamos que merecemos nos puede causar mucha frustración e incluso rabia o depresión. Quizás le damos mucha importancia al reconocimiento externo.
En metafísica se dice que estamos atados a lo externo y por eso no reconocemos la riqueza que proviene y está en nuestro interior. Si bien yo soy humano y en esta condición necesito de lo externo, procuraré que este no me lleve para arriba y menos para abajo, según se den las condiciones externas. Intentaré no sentirme mal si no consigo de algo externo el reconocimiento que esperaba y me diré a mí mismo: Fue un buen trabajo. Las recompensas materiales son las que se acaban más rápido, ¿no?
Y por último, necesito esas palabras externas, seguramente más adelante llegarán. Así que permanezco tranquilo y agradeciendo a la vida por todo.

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