miércoles, 12 de septiembre de 2007

¿Somos o no Somos? o más bien...¿Qué SOMOS?


Veamos bien esta encrucijada. ¿Somos lo que nosotros creemos que somos aunque nadie más lo vea, o somos lo que los demás ven aunque nosotros no lo queramos o creamos? Habría más por preguntar, como por ejemplo, ¿Soy lo que yo creo que soy, aunque no me guste, o soy lo que estoy intentando ser, al darme cuenta que no me gusta lo que soy en la actualidad?, es decir, ¿soy lo que quiero ser o soy lo que estoy intentando cambiar?... Medio trabalenguas ¿eh?


Es aquí cuando debemos de comenzar a mirar más allá de lo evidente y creernos, ¡sí señor!, creernos lo que comenzaremos a ver: Nuestro real y Perfecto YO.


Yo no tengo mucho tiempo metido en este pensamiento y sé por experiencia propia que cambiar la frecuencia de nuestra mente es un tanto complicado. El cerebro, o mejor dicho, lo que nos manejaba se reusa a irse y dejar "su" territorio. No es su culpa. Hay que verlo de esta manera: Le obsequias algo muy valioso a un niño. No te has dado cuenta de que ese regalo es algo muy grande para él, y cuando caes en cuenta de que es mejor que no lo tenga, él hará un berrinche, no permitirá facilmente que se lo arrebaten.


Es exactamente lo mismo. Nuestros cuerpos inferiores son como niños caprichosos que se niegan a devolverte lo que alguna vez les diste: A TI. Es así que reprogramarnos y recuperar nuestro control sobre nosotros mismos se nos hace complicado. Pero no es imposible.


Volviendo a las preguntas, sabemos que el criterio de las personas es muy variado y que dificilmente todos nos ponemos de acuerdo en algo. Para eso existe la democracia, la votación. La mayoría manda e impone su criterio. Pero, ¿es válido que tú seas lo que la mayoría decide que seas? Ejemplo:


Una pareja de enamorados en aparente felicidad termina de repente, y uno de ellos termina afectado. Los amigos empezarán a discutir y a dar diversas hipótesis sobre el motivo del rompimiento. Luego empezarán a dar juicios sobre la parte que dio por terminada la relación, y es muy probable que mientras más triste vean a una parte, más acusen a la otra.


Es así, que el que terminó la relación puede ser dado por un mal hombre o mujer, por infiel, por inmaduro, por malo, persona sin corazón, que nunca lo o la quiso, etc. Lo que la mayoría decida eso será. ¿Y eso es en lo que te conviertes?, ¿eso es lo que eres? Por supuesto que no. A pesar de que el mundo te señale con el dedo, tú sabes lo que eres y puedes luchar contra el mundo sosteniendo que eres una buena persona, con errores, pero buena persona. Eso eres.


El problema llega cuando tu empiezas a desviarte y crees que los demás tienen razón (tanta gente no puede estar equivocada ¿cierto?), ahí ya le abriste la puerta a lo que no deseas y a la larga te convertirás en eso (total, si todos ya lo creen). Fin de la historia, te convencieron.


Ahora, es muy importante reconocer los errores (en el artículo anterior hablo de eso) para poder saber cómo vamos. No puedes cometer un crimen y decir que eres bueno y que estas viviendo según las leyes del universo, claro que no, pero si tu conoces de qué pié cojeas pues nadie te podrá achacar defectos que no tienes.


Entonces, ¿qué SOY? Pues soy lo que YO SOY, Y YO SOY PERFECTO. Yo creo que somos PERFECTOS por naturaleza y que lo que nos falta es reconocerla y manifestarla. Yo creo que si en nuestro interior, si en nuestros momentos más íntimos, podemos abrir el corazón y reconocer ante nosotros algunas fallas que no queremos reconocer, pues esa es la señal inequívoca de que SOMOS PERFECTOS y que nuestro ser recuerda que lo es. Por eso te hace saber lo que no esta bien, lo que tenemos que cambiar para poder recuperar eso que en algún momento empezamos a cubrir con apariencias de imperfección. Nosotros no tenemos que aprender a ser perfectos, tan sólo tenemos que recordar que lo somos. Ahí respondo la segunda pregunta. No somos lo que queremos cambiar pues si fuéramos eso, no cambiaríamos ni hiciéramos dicho esfuerzo.


Somos lo que queremos ser pues nadie quiere ser algo que no sea bueno. Si queremos cambiar es porque nuestro ser recuerda que somos diferentes, recuerda que es mejor volver ser lo que fuimos al comienzo. PERFECTOS HIJOS DE DIOS.


¿Te lo crees?, ¿crees que eres perfecto? Ese es nuestro trabajo, creer que lo somos, simplemente porque LO SOMOS. Conny Méndez escribió que se entiende que nos cueste esta idea, así que podríamos comenzar por decir: Yo Soy potencialmente Divino y Perfecto. Ok, empecemos así.


Gracias a Dios por todo y gracias a todos lo que han leído mi blog. Estoy aprendiendo a compartir con ustedes.






No hay comentarios: